Jimena de la frontera

Juan Emilio Ríos Vera, Presidente del Ateneo de Algeciras

Jimena de la Frontera está situada en un entorno privilegiado, entre la Serranía de Ronda y la Bahía de Algeciras, conservando en su término municipal uno de los parajes de bosque mediterráneo más importante del sur de Europa: el parque natural de los Alcornocales.

 

Jimena es el municipio que se ubica más al norte del Campo de Gibraltar, por lo que sus tierras no acceden al mar, con el que se comunica a través del río Guadarranque, que nace en el sureste del término. Otros dos ríos de gran importancia que transcurren por sus dominios son el Guadiaro, uno de los mayores del sur de Andalucía y el Hozgarganta, que junto a sus numerosos afluentes configuran la red hidrográfica del municipio. 

 

Su Historia se remonta a los albores de la civilización, concretamente al Paleolítico, como nos lo atestiguan la existencia de múltiples cuevas y abrigos naturales que conservan en sus paredes unas pinturas rupestres consideradas por los expertos como tesoros artísticos de primera magnitud. Son famosas sobre todo las de la Laja Alta que contienen escenas marítimas de la Edad de Bronce, catalogadas como únicas en toda Europa.

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Fue la Oba fenicia, conocida por sus acuñaciones de monedas en alfabeto libio-fenicio, y la Jemina árabe de la que proviene su actual nombre. Y es que la situación estratégica en la que está enclavada la ciudad, al abrigo del interior, pero razonablemente cercana al estrecho de Gibraltar, la han convertido a lo largo de la Historia en un baluarte inexpugnable como demuestra su imponente castillo.

 

Durante la Reconquista fue frontera entre moros y cristianos y esa circunstancia se ha quedado grabada en su nombre, como apellido de la ciudad. La pérdida de Gibraltar en el siglo XVIII vuelve a transformar a Jimena en enclave militar, esta vez en guerra contra los ingleses. En el año 1717 se ganó a pulso el título de “Fiel”, gracias a su actitud heroica durante la Guerra de Sucesión española. 

 

Fue declarada “Conjunto histórico artístico” en 1983, y es que su patrimonio artístico y monumental es muy rico, destacando la Necrópolis de Buceite, su castillo erigido en el siglo VIII, el baño de la Reina Mora, las Reales Fábricas de Artillería, el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles o la ermita del Consuelo. Es además un célebre enclave gastronómico, donde destaca el piñonate, la carne de caza, las setas o el guiso de cordero.

 

Tiene una gran riqueza cultural destacando la jincaleta, su baile típico, y una fauna y una flora diversa y exuberante, que la convierten en todo un edén en la Tierra.